viernes, 29 de julio de 2016

Nunca nada es suficiente

En el segmento anterior consideramos las áreas en las que debemos tener gratitud y contentamiento y determinamos que no son las circunstancias las que determinan estos aspectos en nuestras vidas, sino nuestra posición en Cristo, lo que entendemos del Evangelio hará una notable diferencia. Ahora es tiempo de enfocar las barreras que impiden experimentar contentamiento y lo haremos a la luz del Libro: Calma mi ansioso corazón, de Linda Dilow. Consideremos en esta oportunidad: la avaricia.
Un Famoso filósofo afirmó en una oportunidad: dale a un hombre todo aquello que quiere, y en ese momento ese todo, ya no será todo. Y aunque algunos pudieran objetar esta afirmación, la verdad es que no hay nada más cierto que esto, el ser humano nunca se sacia ni está conforme con lo que tiene como lo expresa (Proverbios 27:20) “El Seol y el Abadón nunca se sacian; así los ojos del hombre nunca están satisfechos.”
Webster define la avaricia como un fuerte deseo de más, especialmente más de lo que es justo.  Proverbios 30:15  dice: La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: !!Dame! !!dame!. Tres cosas hay que nunca se sacian; aun la cuarta nunca dice: !!Basta! 
No es un cuadro hermoso, pero si una descripción acertada de la vida del hombre. Dios odia la avaricia y si Dios la odia, te has detenido alguna vez a considerar este pecado no solo dentro de tu país, de tu ciudad, de tu entorno, en tu hogar y dentro de tu propia vida?...
En su excelente libro Margin, el Dr. Richard Swenson declaró lo siguiente: a fin de cuentas había 210 países en el mundo.  Cada año los americanos gastan más en bolsas de residuos que en el producto interno bruto de 90 de esas naciones, más asombroso aún es que gastan más en comida que en el producto interno bruto de 200 de esos países.  La pregunta es esta: ¿cómo sucede esto?, ¿cómo es que la gente tiene más desecho para tirar que lo que realmente posee? Una de las razones es la publicidad y el marketing, el objetivo de estos dos elementos es persuadir a la población que adquiera productos que ellos creen que necesitan. Amado lector, no sé si se detuvo a considerar esto último, pero la publicidad y el marketing nos llevan a creer que necesitamos aquello que realmente no necesitamos, simplemente lo deseamos. Y debo aclarar que no hay nada de pecaminoso en sentir deseo pues nuestro Dios que es quien nos creo, no solo como seres racionales sino también emocionales; solo que en el orden de Dios esas emociones están subordinadas a la razón; así que tener un deseo no es malo en sí mismo siempre y cuando ese deseo no tome control de nuestras vidas y nos lleve a pecar.   
Pues si en verdad necesitamos algo, los publicistas no deberían trabajar tan duro en convencernos de ello, ni al contrario, tampoco nosotros debiéramos exponernos tanto a la publicidad para que nos convenza de lo que necesitamos, pero ¿qué sucede? los publicistas procuran crear la necesidad y nosotros producimos el descontento.  Para los americanos la tragedia más grande es desear algo y no tenerlo, pero ¿no es esto lo que vivimos también en nuestra amada Venezuela?, La avaricia provoca un gran daño porque no solo queremos lo que otros tienen, sino que además de ello nos lleva al endeudamiento, luego produce descontento y finalmente acaba en tragedia, ¡Que triste descripción para un hijo de Dios!
Las Escrituras contienen mas referencia acerca del dinero que acerca de la Salvación, obviamente Dios quiere que sepamos acerca de las riquezas espirituales y eternas en Cristo Jesús, pero también desea que consideremos seriamente este tema.  Dieciséis de las treinta y nueve parábolas relatadas por Jesús tiene que ver con este tema.  En tal sentido, ¿cuál es la perspectiva de Dios acerca de este tema?, pues deseo dejar en vuestras mentes tres principios que emanan de las Escrituras avanzar en esta área y glorificar a nuestro Padre que está en los cielos:
1.      Todas las cosas pertenecen a Dios“Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”.( I Crónicas 29:11-14).
¡Wao! Que excepcional texto, de acuerdo a él, nosotros no poseemos nada, todo lo que creemos nuestro es un simple préstamo de Dios por pura gracia, y David entiende esto tan bien que declara: de lo recibido de tu mano, es decir, de lo que ya te pertenece Señor, de todo lo que emana directamente de ti, eso te damos. Y de seguro algunos pensarán, pero yo gane este dinero, yo me esforcé en trabajar, yo logré tal o cual cosa. Pero lo cierto es que todo ha sido por el favor de Dios, El es quien te da la salud para trabajar, quien te da cada día el hálito de vida para levantarte, quien te da las habilidades para desenvolverte en tu trabajo, quien te da gracia para hallar un empleo, quien te sostiene, es más, El es quién te ha colocado en este país y te ha permitido gozar de los privilegios y bendiciones que hasta ahora tienes.  El es el bendito controlador de todas las cosas por los siglos de los siglos,  Gloria a su Nombre por ello.
2.      La actitud del corazón. Salmo 62:10…Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas”.  No es Jesús mismo quien dijo que no debemos hacer tesoros en la tierra? Pues sus palabras no podían ser más claras, El explica que en la tierra los tesoros de agujerean y el óxido corroe el metal, los depositados en el cielo jamás se pierden. Pregúntate por favor ¿dónde está mi tesoro? ¿dónde está mi corazón?, parecen simples estas preguntas pero dependiendo de tu respuesta sabrás realmente quién eres y para quién vives.  Cómo clasificas tu vida? Toma un instante ahora mismo y cataloga los aspectos positivos y negativos que Dios en su voluntad ha puesto en tu vida y anota tu evaluación al respecto. Ahora con toda sinceridad responde delante del Señor sobre que lista hablas con más frecuencia: la crisis, la situación país, la economía, lo mal que te va, entre otros aspectos negativos…o quizá hablas sobre la gracia de Dios que te alcanzó, lo bueno que ha sido tu Padre celestial sosteniéndote en medio de las dificultades, sobre su cuidado bondadoso, la bendición de levantar una generación que sirva a Dios, entre otras bondades.  Mateo 6:24: Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
El orden es claro, primero es Dios, después lo demás, y eso demás incluye, todo lo demás valga la redundancia.  No hagas un dios de tu dinero y tus posesiones, ellas jamás te dirán: nunca te dejaré, pues las posesiones están para ser usadas no para ser amadas.  Tristemente muchos sirven a las cosas y  usan a Dios, que terrible y monstruosa substitución. Heb 13:5 nos da el enfoque correcto: sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque El dijo: no te dejaré ni te desampararé.  Si notaron lo que dice el autor de la carta de Hebreos?, contentos con lo que tenéis ahora, no con lo que tuviste ayer o antes de ayer ni con lo que tendrás mañana o en el futuro, sino con lo que tienes ahora.  Así que si tienes solo un pedazo de pan para comer, por eso debes estar contento (a) y mostrar gratitud, de seguro alguien más quisiera tenerlo pero al Padre le ha placido dártelo a ti, así que está contento con lo que tienes ahora. Que tu oración al Padre sea como la de Agur en Proverbios 30:8-9: Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; no me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.
3.      Corta las cuerdas de la avaricia. Este es uno de los puntos más difíciles porque implica realizar un escrutinio de nuestro corazón, un autoexamen; así que en este punto lo primero que debemos es colocarnos bajo la lupa de aquel que conoce bien las intenciones del corazón del hombre, y ese es Dios para rogarle como el Salmista que examine nuestro corazón (salmo 139).    Si procuras que el Señor te evalúe y al mismo tiempo examinas tu vida, podrás cortar las cuerdas de este pecado.  Revisa donde está tu tesoro, evalúa tu actitud ante las vicisitudes de la vida, usa las riquezas sin amarlas y aférrate al enfoque de Dios, esto te ayudará.  
Pero hay otros aspectos necesarios para el fortalecimiento del contentamiento en tu vida y es la gratitud.  Mucho se ha dicho sobre este tema, pero lo que pretendo a todas luces es que te esfuerces consciente y deliberadamente en agradecer a Dios por todo lo que te ha dado, lo poco o lo mucho pero sea lo que sea que te haya dado, es digno de que reciba  toda nuestra alabanza.  Frecuentemente le decimos a nuestros hijos, no te quejes de esto o aquello, pero nosotros no somos el mejor ejemplo de gratitud, sabemos mas de pedir que de dar; e incluso sabemos mas de pedir que de agradecer.  Toma una semana de oración solo para agradecer sin pedir nada, no te quejes, no rezongues, no te alteres ni alterques con Dios por lo que quisieras tener, dale gracias, pues El te ha dado mucho más de lo que mereces…

Finalmente, está alerta y comparte con otros de lo que Dios te ha dado. Puede que no seas rico pero no necesitas esa condición económica para ayudar a otros. Recuerda que el Señor siendo rico se hizo pobre para enriquecernos, 2 Cor 8:9.  El punto en este texto es que si permanecemos centrados en nosotros mismos con el enfoque de: dame, yo necesito, nadie piensa en mí, quiero más, entonces nunca estaremos satisfechos y contentos en Dios.    Este no fue el pensamiento de nuestro Señor.  ¡Oh gracias Dios que no pensaste como nosotros!, te despojaste de toda gloria, dejaste tu trono y te humillaste haciéndote hombre, para morir por viles pecadores.  Como hijos amados, ¿no deberíamos imitar este ejemplo?, Te pregunto, ¿a cuántas personas has ayudado en las últimas semanas? ¿Cómo estás usando los recursos que Dios te ha dado?, si tu respuesta es: bueno ahora mismo no puedo ayudar a nadie, así cómo están las cosas en nuestro país ¿qué pregunta es esa? ¿Cómo pretendes que ayude a alguien, no tengo ni para mí?, pues esas respuestas reflejan donde está vuestro tesoro.  Aunque te parezca difícil de creer, esta es la mejor oportunidad que el Señor te ha dado para servir y dar, porque más bienaventurado es dar que recibir; pues, en estos tiempos que muchos tienen carencias es cuando más se valora las ayudas, porque en abundancia ¿para qué dar? Todos tienen y hasta suena redundante dar al que tiene; pero cuándo no hay, Dios espera seamos un canal de bendición para otros.  Dar de nuestra pobreza o escasez es una gran bendición. 

Un contador sumó los porcentajes que sus clientes cristianos destinaban a causas sociales y a las misiones y se alarmó al descubrir que el promedio era de un 3%, los cristianos donaban siete billones de dólares al año es estas causas.  Muy seguramente para usted esto resulta una suma gigantesca pero se sorprenderá al conocer que los estadounidenses gastan la misma suma en goma de mascar.  ¡Qué triste! que a nuestros ojos el reino de Dios tiene el mismo o menos valor que la goma de mascar; dónde esté nuestro tesoro, allí estará nuestro corazón.  Nuestras dádivas no deben ser una válvula de escape de la riqueza, dando el exceso de lo que tenemos cuando lo tenemos.  Por el contrario debería ser una llave que drene regularmente nuestro depósito para permitir que los recursos de Dios fluyan a través de nosotros.  Así que considera, no solo puedes ayudar aquellos que estén cerca de ti, sino también a los necesitados en general y también contribuir en la expansión del reino de Dios. La mejor defensa contra las trampas del enemigo de nuestras almas es vivir nuestro presente a luz de la eternidad, vivamos con los ojos puestos en lo indestructible, en lo que no perece, en lo inconmovible…
¡Oh que nuestros corazones se vuelvan al Dios eterno!






miércoles, 1 de junio de 2016

Experimentar la paz de Dios ante la situación en Venezuela, ¿Es posible?

A medida que avanza nuestra nación en los temas que nos conciernen como ciudadanos, los vemos cada vez más críticos y complejos. Escuchaba a un analista económico muy reconocido decir: “que no hemos llegado a un estado crítico aún, esto se puede poner peor”. Claro, para un economista el escenario donde nuestro país caiga en un “default” sería un estado bien crítico, peor del que tenemos. 

Ante todo este contexto, debo confesar que me preocupa sobremanera la reacción que muestran algunos creyentes. Ahora bien, me pregunto: ¿Estamos haciendo lo que la escritura nos manda expresamente hacer ante situaciones como estas? ¿Por qué tan rápida y fácilmente se llena el corazón de queja, ansiedad, desesperación y lo decimos a viva voz? ¿Qué está ocurriendo en el proceso de nuestros pensamientos?

sábado, 21 de mayo de 2016

Ante la crisis en Venezuela, ¿Puedo aprender a contentarme?

No creo exagerar al afirmar que en los actuales momentos vivimos tiempos críticos para el desarrollo de nuestra vida cotidiana en Venezuela. De alguna manera los problemas sociales y económicos penetran las distintas esferas de la sociedad. Y los cristianos no somos la excepción. 

Muchos venezolanos dan la sensación que estos tiempos son tan insoportables que no hay espacio para estar contentos y satisfechos, y la verdad es que en ocasiones pareciera que fuese así, un simple vistazo basta para imaginarse tal escenario; largas colas para conseguir alimentos, escases de medicinas, recortes del suministro eléctrico, economía inestable, y la inseguridad, son algunos elementos que agudizan el cuadro. Es un panorama que nos insta a salir corriendo… 

martes, 27 de julio de 2010

Arminianos Evangélicos-Parte I de Michael Horton

Por Michel Horton
Traducido por Eduardo Flores
Un cambio teológico se avecina entre los evangélicos así como entre otros cristianos…La moda inició, creo yo, debido a una lectura fresca y fiel de la Biblia en diálogo con la cultura moderna, que enfatiza la autonomía, la temporalidad, y el cambio histórico.” Este anuncio del Dr. Clark Pinnock, un respetable teologo evangélico, no es ni una crítica, ni una advertencia, sino un desarrollo prometedor según la visión del autor.
Un número de líderes evangélicos se reunieron en la Escuela de Divinidad Evagélica Trinidad cerca de Chicago hace dos años con el propósito de definir el término “evangélico,” pero muchos regresaron tan confundidos con respecto a lo que el título comprende como llegaron.

domingo, 25 de julio de 2010

¿Son realmente protestantes y evangélicos todos los "protestantes" y "evangélicos" de hoy?

Por Sugel Michelén

La palabra “protestante” comenzó a usarse para designar a los partidarios de la Reforma del siglo XVI a raíz de la protesta que un grupo de príncipes alemanes presentaron por escrito en la segunda Dieta de Spira, en 1529.

Tres años antes se había resuelto que cada estado se responsabilizara ante Dios, no ante el Emperador, de la religión de sus súbditos y que no se debía poner impedimento a la predicación de la Palabra de Dios.

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