A veces escuchamos en ciertos círculos evangélicos comentarios similares a este: “En tal o cual campaña evangelística se convirtieron ‘equis número’ de personas (5 ó 10 ó 20, y así por el estilo)”. Y ¿cómo pueden saberlo con tanta precisión? Porque lo que tales personas quieren decir realmente es que al final de la predicación, el predicador hizo un llamado a que levantaran su mano o vinieran al frente del auditorio todos cuanto quisieran aceptar a Cristo, y ese número de personas aceptó el llamado.
Esta práctica es tan común hoy día que muchas personas se asombrarían al descubrir que no sólo no encuentra apoyo en las Escrituras, sino que nunca fue practicado por la Iglesia, por ninguna iglesia, en los primeros 1800 años del cristianismo.
sábado, 19 de diciembre de 2009
De Pastor a Pastor: Cap 14 Las Invitaciones al Altar
Terminando de leer este libro, quiero dejarlos con este extracto que público textualmente del Cap 14 :
“Lograr que el hecho de pasar caminando al frente parezca ser la parte difícil y necesaria para la salvación, solamente contribuye a aumentar la confusión de la gente en torno al evangelio. Es una mezcla de fe y obras que da la impresión de que estar dispuesto a pasar al frente se relaciona de alguna manera con estar dispuestos a venir a Cristo, una frase que puede significar cosas diferentes para muchas personas.
Me retorcí por dentro cuando escuché decir a una persona que asiste a una iglesia donde hacen tales invitaciones: “Yo quiero ser salvo, pero será para el próximo domingo…” Este popular y errado concepto de las invitaciones, no solo añade al evangelio un requisito de obras, sino que también pone la seguridad sobre un fundamento equivocado. Muchas personas creen actualmente que se salvan porque han pasado al frente para a recibir a Cristo.”
El doctor Lewis Sperry Chafer, fundador del Seminario Teológico de Dallas, frecuentemente hacía invitaciones públicas en los primeros años de su ministerio. Pero eventualmente llegó a la conclusión de que estás ensombrecían los asuntos del evangelio. El dijo: “Los que estudian con cuidado el evangelio se han dado cuenta de que allí donde más se han hecho énfasis en la necesidad de una acción pública como parte de la conversión, se ha dado un correspondiente incremento en el registro de “los que retroceden o caen de la gracia” como se dice, la cual naturalmente no honra a Dios.
La razón es obvia. Las personas que no se han convertido creen que se salvan simplemente porque pasan adelante, se sienten mejor después de haber hecho algo.
Erwin Lutzer
jueves, 17 de diciembre de 2009
Editorial de la IBRC www.ibrcaracas.org
En la época que nos ha tocado vivir, hemos estado expuestos a una gran cantidad de enseñanzas que han calado tanto tiempo en nuestras mentes al punto que no imaginamos la posibilidad de estar equivocados doctrinalmente.
Las enseñanzas humanistas que han permeado la Iglesia de Cristo ha afectado el evangelio que hoy se predica en el mundo entero. Nuestra nación, Venezuela no escapa a esta realidad.
En este sentido, es nuestro deseo que la gracia de Dios nos permita aportar un granito de arena en la labor de rescatar el verdadero evangelio, libre por un lado, del legalismo imperante en muchos círculos cristianos y por otro lado, del libertinaje que muchos levantan como bandera bíblica.
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