miércoles, 5 de mayo de 2010

De vuelta al Blog… Que fuera de mí si no creyese en la Soberanía de Dios


Esta semana que paso, mi esposa dio a luz una preciosa bebé que Dios nos mando. Lo que no contábamos en “nuestros planes” era si Dios había decido que ambos (mi esposa y yo) compartiéramos la experiencia y responsabilidad de criar a la beba que estaba naciendo. El parto se complicó, mi esposa estuvo cerca de perder la vida, la decisión médica en ese momento mientras la frecuencia cardíaca subía rápidamente, era salvar a la niña, y si quedaba tiempo, salvar a la madre.
La Dra. cuenta que ella no creía que diese tiempo de salvar a Sophie, un paro cardíaco era inevitable según el diagnóstico médico del momento. Sin embargo, inmediatamente después de sacar a la niña, como aún Sophie estaba con vida, intentarían salvarla a ella,  pero “inexplicablemente” la frecuencia cardíaca se detuvo y se mantuvo alta por unos segundos, cuando de repente empezó a bajar.
Mi esposa cuenta por su parte, que en ese momento ella dejo de luchar por mantenerse consiente, no podía más, se rindió. Y no recuerda mas nada.
Varias cosas pude poner en práctica después de recibir la noticia de lo ocurrido; nuestro conocimiento de las escrituras debe llevarnos a ser sabios en nuestro andar diario, y no es fácil cuando las emociones están involucradas.
Sin embargo, esto me hizo recordar lo bueno que había sido Dios para con nosotros, las oraciones de todos los creyentes que nos conocen y habían orado por este parto, habían sido contestadas y de qué manera.  Por otro lado, Dios en pleno control de todas las cosas que le pertenecen a Él, había decretado que ese no fuese el fin del peregrinaje de Sophie en esta tierra.
Esta semana en la predicación de nuestra iglesia, aprendimos varias cosas, una de ellas es que debemos estar preparados para encontrarnos con ese Creador que reclamara por derecho lo que le pertenece, así algún día le daremos cuenta de todo lo que hicimos, porque la vida es incierta, pero la muerte segura.  
Dios reina y reina para siempre (Sal 29:109), la posibilidad de un accidente y la  casualidad  no existe. Tanto el Nuevo como el Antiguo Testamento resaltan el hecho que hasta para tomar una decisión se “echaba suerte” y lo que ocurría era porque Dios lo decidió. ((Jos.7:16; 18:6; 1Sam.10:19; Jon.1:7).  
Todo está bajo su control, todo está bajo su voluntad, el cielo y la tierra solo son instrumentos con el cual lleva a cabo sus propósitos. La naturaleza, las naciones, la fortuna de cada ser humano o por el contrario, la desgracia que llega a la vida de cada hombre, es el Señor que lo ha hecho con un propósito para su gloria. La filosofía humanista centrada en el hombre dice que Dios debe trabajar en función del hombre, como si El mendigara amor, pero las escrituras dicen otra cosa, como por ejemplo el Sal.8; 4  Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,  Y el hijo del hombre, para que lo visites?(B)
Me gusta más como lo dice Nabucodonosor después de haber probado el poder de Dios en todas las cosas, aún su propia vida. Dice Daniel: Dan 4:35  Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?
A muchos hombres, le hace falta ver en las escrituras los ejemplos claros y fidedignos de la soberanía de Dios en todas las cosas, incluyendo la salvación del alma.  El fina de este versículo:¿Qué haces?”  Me recuerda las palabras de Apóstol Pablo a los Romanos;  9:20  Más antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?(G)
Muchos parecen olvidar el argumento de Pablo: ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?(G)  Muchos se comportan como si el creador de universo y lo que en el ahí, le debiese algo a la humanidad.
Nuestros Dios es Eterno, por tanto, si él hubiese dejado a la humanidad seguir su curso de pecado y miseria, y no hubiese planeado una redención por un grupo de personas, el no fuera injusto, no dejaría de ser santo, no dejaría de ser Todopoderoso, seguiría siendo Dios.
¿Sabes por que? Porque Dios no necesita de nosotros, el no necesita de su creación. Cuando el hombre común, incluso cristianos evangélicos nos dicen que nosotros los bautistas reformados que somos exagerados en nuestra teología y se quejan con nosotros por nuestras exegesis, no me queda mas que decirle las mismas palabras de Pablo: ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? Te voy hacer el favor de responder esta pregunta con la respuesta del rey Nabucodonosor: “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada…
No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros,
Sino a tu nombre da gloria,
Por tu misericordia, por tu verdad.

1 comentario:

Fares Palacios dijo...

No pude evitar derramar una lágrima hermano. ¿Qué sería de nosotros sin la Soberanía Absoluta de Dios? El Creador de todo quizo esta vez dejar vivir a Sophie, ¡Gloria EL! Dueño de la vida, y dueño de todas las cosas. Seguimos batallando por la fe! ¡A Dios la gloria!

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