martes, 13 de abril de 2010

Entonces, ¿Qué es la herejía?


Herejías Recicladas
Si hacemos una interpretación correcta de la Biblia, ella no nos dejará torcer sus enseñanzas para que se ajusten a nuestros deseos.  Si la interpretamos con justicia, no nos permitirá creer cualquier cosa.  Como dice James Adams, la Biblia opera en lo que podría llamarse “enseñanza por antítesis”
Unidad y falta de Unidad
¿Dónde trazamos la línea?, ¿en qué momento sabemos si vale la pena luchar por una doctrina?  Algunos insisten en que usemos las traducciones más antiguas de la Biblia, otros creen que sólo quienes se acogen a alguna forma de teología de la bendición adicional son en realidad llenos del Espíritu Santo.  No es incorrecto tener convicción de  ese estilo mientras se entienda que no son cuestiones fundamentales y que no deben romper el compañerismo fraternal.
Ejemplo: ¿Qué debe decirse acerca del bautismo de infantes?, algunos lo interpretan como una señal del pacto que demuestra la inclusión del recién nacido en la esfera de la bendición  de salvación de Dios. No estoy seguro si entiendo con exactitud lo que esto significa, ¿acaso es una señal de que el niño se salvará algún día en el futuro o es una señal de que los padres prometen criar al infante para que crea en Cristo? De todas maneras, puedo respetar su punto de vista.
Entonces ¿Qué es Herejía?
La Biblia emplea la palabra herejía en dos sentidos.  Pablo se refirió a las divisiones entra las Iglesias en términos de facciones que se oponían entre sí con base en ciertas disensiones y la traducción literal de esta palabra es herejías (1 Corintios 11:19).  Algunas de estas divisiones son entre creyentes, y al definirse de este modo carnal que rehúsa aceptar la verdad revelada, puede llamarse hereje.  Creo que en ese sentido Pablo uso esa palabra en Gálatas 5:19-20, al decir que las disensiones y las herejías son obras de la carne.
El segundo uso de la palabra se refiere a aquellos que se aferran a desviaciones doctrinales graves.  Pedro habla acerca de herejías destructoras que niegan a Jesús  como Señor (2 Pedro 2:1).  Roberth Bowman en su libro Ortodoxia y herejía, define esta palabra como “una enseñanza que se opone de forma directa a los puntos esenciales de la fe cristiana, de tal modo que los cristianos verdaderos se ven en la obligación de dividirse con respecto a aquellos que la acojan.
¿Cómo volver a los principios básicos?
Para hacer teología, como dicen algunos, debemos hacer uso del pensamiento antiético.  Esto significa que si afirmamos una doctrina, también debemos negar su opuesto.  Este razonamiento es la base de toda racionalidad y constituye una función necesaria de la mente humana.  Además este razonamiento es compatible con las enseñanzas de la Biblia.
Por ejemplo, tomemos la siguiente declaración: “La Biblia es la única palabra de Dios para nosotros”.  Si esto es verdad quedan excluidas todas las demás fuentes y autoridades de revelación.  Excluye las tradiciones del catolicismo romano como medios de revelación, excluye el libro del mormón, el Corán y la Vedas.  También excluye los libros de Mary Ellen White, fundadora del Adventismo y la de Mary Baer Eddy, fundadora del cristianismo científico.
Pablo advirtió a los creyentes de Galacia que algunos en medio de ellos trataban de pervertir el evangelio de Cristo.  Luego añadió: “Más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea antema”.  Como antes hemos dicho, ahora también lo repito: “Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gal. 1:8-9).
Trate de imaginarlo, un ángel viene y nos dice que el camino al cielo consiste  en ser personas amorosa y decentes.  Quizá le sorprenda la cantidad de personas que estarían dispuestas a creer tal revelación.  Prueba de esto es que el libro de mormón fue revelado por un ángel que dio la revelación de un evangelio por completo diferente a José Smith, y millones de personas han credo ese mensaje.

¿Qué es el Evangelio?
¿Acaso es sólo creer en Jesús? No, porque existe también muchas sectas falsas que creen en Jesús.
Para lustrar la manera correcta de hacer teología, haré una presentación de las doctrinas básicas del evangelio pero también mostraré lo que se niega y lo que se afirma.

Proposiciones del Evangelio
1.    Nosotros afirmamos que Dios es santo.  Esto significa que Dios es apartado, distinto, puro y por completo, otro, es decir, distinto y apartado por completo de las criaturas.
El dios de la religión civil tampoco es el Dios de la Biblia.

2.     Afirmamos que Jesús es Dios en la carne, 1Juan 4:1-3
Nosotros negamos que Jesús de Nazaret pueda separarse de Cristo y negamos que exista un Cristo gnóstico o universal que se pueda encontrar en todas las religiones del mundo.  También negamos la doctrina de los testigos de Jehová que enseñan que Cristo es un ser creado.  Debemos rechazar las enseñanzas del seminario de Jesús que afirma que Cristo es sólo un ser humano.
Estas doctrinas nos ponen en conflicto directo con el islamismo, el cual enseña que la encarnación es blasfemia.  Para un musulmán, la afirmación de Jesús como Hijo de Dios significa que el Padre tuvo que haber sostenido relaciones sexuales con María y el resultado fue el Hijo de Dios.  Por tanto debemos señalar que creemos en una trinidad espiritual y no física.

3.    Afirmamos la expiación por sustitución.
Pedro escribió: Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios (1 Pedro 3:18). Significando con ello, que Cristo recibió el castigo que merecíamos y pago la deuda de aquellos que aprovechan su sacrificio.
Negamos que Dios pueda salvarnos a causa de su amor pero aparte del sacrificio de Cristo.  También negamos que existan otros mediadores entre nosotros y Dios, sean vivos, muertos, santos o ángeles.  También negamos que Mahoma, Krisna o cualquier otro guía espiritual, maestro o profeta este calificado para morir en nuestro lugar y de esa manera llevarnos a Dios.

4.    Afirmamos que somos pecadores por naturaleza y por elección voluntaria.
Pablo escribió: “Estabais muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1). Nuestra pecaminosidad impide cualquier contacto con Dios en nuestra propia iniciativa.  Somos incapaces de hacer contribución alguna a nuestra salvación.
Negamos todas las formas de salvación por obras que se encuentran en el catolicismo o en religiones no cristianas.  Negamos la posibilidad de perfeccionamiento automático de la naturaleza humana y la creencia de que Dios este en la obligación de salvarnos a causa de nuestra bondad inherente.

5.    Afirmamos que el único medio para recibir la salvación es la fe.
En tal sentido concluimos que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley (Rom. 8:28).  En consecuencia, la salvación debe ser un don gratuito porque carecemos en absoluto de la justicia y la rectitud que tanto necesitamos.  Esas es la razón por la que somos salvos al aceptar a Cristo como el único que pagó la deuda de nuestro pecado.
Negamos que la salvación pueda ser  mediada por sacramentos como el bautismo, la comunión y otros semejantes.  Negamos que el don de la salvación llegue a ser nuestro por medio de un proceso de cooperación entre nosotros y Dios.

6.    Afirmamos que la seguridad de salvación viene como resultado de descansar en la suficiencia de la obra de Cristo a favor nuestro.
“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida esta en su Hijo.  El que tiene al Hijo tiene la vida, el que no tiene al Hijo no tiene la vida.  Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna” (1Juan 5:11-13).
Negamos que la seguridad de salvación esté basada en nuestras obras, aunque estas son evidencia de la fe que salva.  Negamos que podamos tener seguridad a través de cualquier ritual de la Iglesia o nuestra propia sinceridad y buenas obras.  Si creemos que cuando Jesús murió y resucitó hizo todo lo que necesario para que seamos recibidos en la presencia de un Dios santo, y si acogemos para nosotros lo que El hizo a favor nuestro, seremos salvos y los sabremos.

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