miércoles, 23 de junio de 2010

En la iglesia No Cantamos para Evangelizar

Por Sugel MIchelén

Yo se que esta declaración puede resultar chocante para algunos, pero lo cierto es que en ningún lugar del NT se presenta el canto congregacional primariamente como un medio para salvar a los perdidos.

Con esto no estamos negando el hecho de que Dios puede usar las verdades de Su Palabra expresadas a través de un himno para salvar a un pecador. Hay personas que dan testimonio de que fueron alcanzadas, o al menos, inicialmente despertadas a su condición espiritual y su necesidad de un Salvador, escuchando la letra de un himno.

Pero eso no elimina la realidad de que el canto congregacional no tiene como propósito especifico venir a ser un vehículo evangelístico. Tanto en Ef. 5:19 como en Col. 3:16, Pablo dice que los creyentes se enseñan y exhortan unos a otros mientras dirigen su canto al Señor. ¿A quiénes dirigimos nuestros himnos, primariamente? Al Señor y a los hermanos.

domingo, 20 de junio de 2010

Cap. 1. "El libro que se negó a dejarse escribir" Libro de Frank Morrison: "Quien Movió la Piedra"


Supongo que la mayoría de los escritores confesarán haber
escondido en algún lugar secreto, de su cajón más privado,
el primer borrador de un libro que, por un motivo u otro,
nunca verá la luz del día.
Normalmente el tiempo, ese venerado culpable, ha
puesto el veto a la labor prometida. Se prepara el esquema
del libro en un momento de entusiasmo y exaltada visión.
trabajando sobre él durante algún tiempo, para dejarlo a un
lado esperando ese "mañana" ocioso que con tanta
frecuencia nunca llega. Siempre surgen otras tareas más
urgentes y los compromisos y las responsabilidades se
multiplican y el preciado borrador queda olvidado en su
escondite. De esta manera pasan los años, hasta que un día
el escritor se da cuenta de que, haga lo que haga, este libro
en concreto no lo escribirá nunca.

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