lunes, 28 de diciembre de 2009

¿Es histórica o postmoderna la predicación que recibes en la iglesia donde congregas?



Una de las consecuencias más nefastas que ha traído el pensamiento filosófico postmoderno, es el abandono de la teología bíblica e histórica. Asuntos como estos, permite que ocurran muchas irresponsabilidades por parte de las iglesias y sus ministros, trayendo inmediatamente a la palestra pastores (jóvenes o adultos) que no cumplen los requisitos de I Tim 3., y  por lo tanto como no fueron llamados por Dios a ministrar, afectan el rebaño.
Y aunque no es nuestro tema analizar todas las irregularidades que causa un “ministro” que no fue llamado por Dios para guiar a su iglesia, si nos corresponde analizar en detalle, el tipo de predicación a la cual se exponen muchos creyentes en sus congregaciones; y este es el tema que empezaremos a tratar en esta y las siguientes entradas.
Para definir un poco la Eiségesis podemos decir lo siguiente; es el proceso de leer en un pasaje algo que no está ahí, insertar un significado que fluye de un interés personal.



Muchos pastores, con un tema en mente para ser predicado el día domingo, razonan de la siguiente manera, por ejemplo: “Voy a enseñar acerca de “x” tema, buscan los textos que se acoplen a su contenido, los ubican, luego piensa en el desarrollo del tema (bosquejo), lo dividen en varios puntos que creen conveniente y luego buscan los textos que se adapten mejor a sus “puntos”, a  fin de amoldar las escrituras a su idea.
Por supuesto que esto trae como consecuencia sacar un texto fuera de contexto. Lo irónico es lo que ellos mismos dicen: “No saqué el texto fuera de su contexto”, pero eso es precisamente lo que hacen.  Y aquí es donde muchos evangélicos, (bautistas independientes y fundamentalistas, bautistas del sur, pentecostales, no denominacionales, entre otros) incurren en estos problemas. Y es que la escritura misma reseña que la exposición bíblica es todo lo contrario a lo que practican nuestros amigos.

Creemos en el tipo de predicación biográfica, donde se exponen las vidas de los hombres de la Biblia y se extraen enseñanzas y aplicaciones que nos sirven como hijos de Dios. Pero ¿Qué sucede?., hasta en este tipo de predicación ocurre el mismo error antes mencionado. También podemos decir lo mismo de los sermones temáticos; los predicadores no respetan los textos, simplemente aquello que consideran le buscan “apoyo  bíblico” por lo tanto tuercen y descontextualizan las escrituras. Por eso es que Ud. escucha normalmente sermones que tratan diversos temas de interés únicamente del pastor.  Por ejemplo; si ellos desean enseñar que un hermano y una hermana no deben saludarse con beso en la mejilla, entonces “buscan apoyo bíblico” y lo predican como algo que la Biblia enseña.
¿Acaso ha sido esta la manera en que los ministros del pasado han preparado y expuestos sus sermones? ¿Está siendo sincero con la exégesis de los  textos que utilizo? ¿Es realmente lo que enseña? ¿Qué clase de consecuencias trae predicar con una idea en mente sin respetar lo que el texto dice?

Aunque veremos lo que la Biblia enseña en la próxima entrada, quiero dejarlos con una cita de Mark E. Dever en su libro, "Nueve Marcas de una Iglesia saludable", el dice: “Alguien pudiera felizmente aceptar la autoridad de la Pa­labra de Dios y aún confesar su creencia en la inerrancia de la Biblia; sin embargo, si esta persona en la práctica (con o sin in­tención alguna) no predica expositivamente, nunca predicará más de lo que ya conoce. Un predicador podría tomar un pasaje de la Escritura y exhortar a la congregación basado en un tema que es importante sin estar realmente predicando la idea central del pasaje. Cuando esto sucede el predicador y la congregación solo escuchan la Escritura que ellos ya conocían”

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